domingo, 7 de abril de 2024

Escándalo de La Laguna

 Un poco de Historia traveril en Perú.

El escándalo de La Laguna fue una intervención policial ocurrida a partir del 31 de enero de 1959 en el restaurante «La Laguna», ubicado en el distrito de Barranco. Lima, Perú.

Alrededor de las 22:00 del 30 de enero de 1959 se dio inicio en el restaurante una fiesta a la que asistieron personas vestidas con trajes y otras con ropas femeninas, acompañados de maquilladores, peluqueros y bailarines. También se realizó una «competencia de trajes lujosos, joyas y adornos» .​ Si bien no hubo represión policial durante las horas en que transcurrió la fiesta, esta ocurrió durante las horas y días posteriores debido a los reclamos por parte de los vecinos del sector y el alcalde distrital de Barranco: el 4 de febrero La Crónica informaba que habían sido detenidos varios de los asistentes a la fiesta.

La prensa limeña entregó una amplia cobertura sensacionalista al escándalo, informando sobre las detenciones de los homosexuales involucrados, que en su mayoría correspondían a travestís y personajes misteriosos.Muchos de los inmorales se vestían de mujer en secreto.



Luego del escándalo ocurrido en La Laguna, el administrador del recinto perdió la concesión del restaurante y fue posteriormente reemplazado por otro local denominado «El Caballo Negro».


Se inicio una búsqueda sin precedentes de todos los involucrados. Muchas de las damas fueron identificadas y puestas en pasarela para el escarnio publico. Las "doncellas" eran peluqueros, profesores y médicos. Hasta se especulo que había un sacerdote el cual no fue identificado pero se llego a esta suposición por encontrase una biblia entre las lencerías. La guardia republicana realizo batidas en diversas escuelas de danza en búsqueda de los bailarines que participaron en la denominada "orgía de hombres". Todos conducidos a palos al calabozo mientras se realizan las investigaciones.




Hubo denuncias por parte de los detenidos de diversos vejámenes como ser fotografiados desnudos, bañados con agua fría y rapados. La prensa dio amplia cobertura de tan bochornoso suceso nunca antes visto en una Lima que no aceptaba actos tan antinaturales.

Muchos de los travestidos vieron como sus fotos salían en primeras planas con titulares bastante denigrantes.  Los diarios sensacionalistas dieron amplia cobertura sobre los hombres que se vestían de mujer en el anonimato.



El arzobispo Jaun Landazuri pedía calma a una población enardecida por tan aberrante acto de inmoralidad. Se realizo una vigilia afuera de la catedral de Lima, una cadena de oración para que los desviados regresen a las sendas del señor.









 Fue una carnicería que envió a las sombras  futuras reuniones trans en el Perú por muchos años.



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