Una noche en el puente Atocongo

La primera vez que recorrí este emblemático puente fue en el 2015 eran las 10 de la noche, no estaba ahí por casualidad, sabia a lo que iba, necesitaba encontrar a una trans que días antes había visto en un certamen de belleza y me habían pasado el dato que ella alquilaba sus caricias en ese puente los fines de semana, estaba algo nervioso porque nunca  había estado por esa zona y menos a esa hora, era territorio desconocido,  El taxi avanzaba lento por la carretera  y a lo lejos vi el puente acercarse con luces de lentejuela , el taxista me dijo que suba rápido por las escaleras porque ha esa hora la zona era brava, baje del taxi y el puente se abrió ante mi como una amante insaciable, era majestuosa, subí por las gradas rápido , el cuerpo me temblaba, sentía miedo y excitación, mas miedo que excitación, pero tenia que encontrarla, se llamaba Dayana y quizá en ese puente la conocían, había decenas de trans repartidas en diversas partes del puente, las vi paradas en las escaleras, el los paraderos, caminado por la pista y hasta en las zonas verdes donde los matorrales y arboles servían de escondites  para aquellos amantes furtivos.

Pregunte por Dayana a varias trans que estaban paradas en una cerca metálica que divide el puente de las áreas verdes, todas me respondían que no la conocían, camine unos metros hacia las gradas del puente y una trans que fumaba un cigarro de rostro muy agradable me dijo que si la había visto pero se fue con un punto, seguro regresaba en una hora..

Una larga hora en ese zona con esos pirañones mirándome a lo lejos porque donde hay trans siempre hay pirañones, nunca entendí el porque de esta unión parasitaria, es como si fueran atraídos por alguna fuerza misteriosa.

¿La vas a esperar? me pregunto la trans de rostro agradable, si gustas yo estoy disponible, solo cobro 40 soles la hora, soy muy complaciente papi... Ella en verdad tenia la figura muy femenina, muy fina pero vine por Dayana, pase días pensando en ella y esta noche tenia que hacerla mía, mire mi reloj y la hora marcaba las 10:20 p.m a esa hora no puedes preguntar mucho, tienes que concretar un encuentro y salir rápido de ahí con la trans o caerás bajo sospecha de ser un sapazo preguntón.

Come te llamas le pregunte a la trans de rostro agradable, me llamo Axia, ¿quieres ir? , hay un hostal aquí cerca, me respondió. En verdad era linda y muy femenina, siempre me gustaron las trans delgadas sin siliconas, de cuerpo natural.

Los minutos pasaban y Dayana no aparecía pero  no me importaba, Axia me había atrapado, total puedo regresar el otro fin de semana y seguro doy con Dayana. La noche estaba muy fría y el cuerpo delgado de Axia temblaba, lo podía notar, ese pantalón licrado y ese polo no protegen mucho, el humo del cigarro que salia de su boca se confundía con la neblina que empezaba a invadir el puente. La tome de la mano, pare un taxi y nos fuimos a un hostal cercano.

Fotos de cortesía

Hay una gran cantidad de trans en el Puente Atocongo solo para aquellos amantes furtivos que les encanta sentir la adrenalina, esa emoción  que te hace palpitar el corazón, el sentir que haces algo prohibido y nadie lo sabe, es tu secreto.

Hay trans para todos los gustos desde las mas femeninas hasta aquellas que tiene mas biceps que tu...  gustos son gustos. Ideal para esos pasivos.

 Si tienes suerte puedes encontrar trans de belleza excepcional  pero ellas cual estrellas fugases solo bajan en raras ocasiones.

Algunos clientes primerizos se enamoran de la trans y le dan rosas, ellas aceptan gustosas.

Ubicación:  Av Tomás Marsano 5212, San Juan de Miraflores 15056.... es fácil llegar. Como se ve en la foto la zona se parece a un trébol de cuatro hojas y cada una de esas hojas tiene su propia historia donde los arboles y arbustos son mudos testigos de lo que ahí sucede en las noches.

Fotos de día para una mejor ubicación.

Aveces las traviesas salen temprano.

Algunos vídeos del puente y sus inmediaciones.

La sirenita del Atocongo.